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Linares de Mora

El encanto que desprende esta pequeña localidad situada a 1311 metros de altitud sobre el nivel del mar se aprecia desde que ponemos en ella por primera vez nuestra vista. El color blanco de las fachadas de sus casas construidas con mamposteria encalada contrasta enormemente con el rojo de sus tejas árabes, la monumentalidad de la Iglesia de la Inmaculada Concepción con su campanario exento, los antiguos portales de la muralla medieval y, en lo alto, vigilando todo el conjunto, las ruinas del castillo del siglo XIII. Por esto, y mucho más, esta villa mereció primero el título de conjunto histórico artístico del patrimonio español en 1982 y en 2004 el de Bien de Interés Cultural.

Para adentrarnos en el antiguo recinto amurallado tendremos que pasar por “el Portalico”, antiguo portal de la muralla que protegía Linares. Recorrer la calle Temprado y disfrutar de la belleza de sus casas solariegas encaladas y con bellos detalles en forja que protegen las ventanas y el trabajo en madera torneada de sus aleros.

Ya en lo alto de la plaza, llama la atención que la torre campanario y la iglesia de la Inmaculada estén separados unos metros. Esto se debe a que el campanario fue construido con unos treinta años de anterioridad a la fábrica barroca de la iglesia que es de 1795. Si entramos en la iglesia quedamos impresionados por las grandes dimensiones de la misma. Cuenta con tres naves cubierta la central con bóveda de medio cañón con lunetos y decorada con frescos rococó de temática mariana, y las naves laterales con cúpulas vaídas. En el crucero una cúpula con pechinas en las que están representadas en relieve las virtudes. En el altar mayor un gran baldaquino que cobija a la Inmaculada.

Recorrer su término municipal es encontrarse pequeños tesoros a su paso. Como es el caso del Pino del Escobón, un ejemplar de pino laricio de 23 metros de altura por 1,4 metros de diámetro. En el paraje del Pino del Escobón hay un lugar habilitado como merendero. Las sendas fluviales por los ríos Linares y Pajuelas, donde se encuentra la ermita de la Virgen del Loreto, piscinas naturales en el río Linares donde darse un chapuzón, el paraje de Castelvispal, el puente medieval, la cueva mona y un sin fin de sorpresas que harán de la visita a Linares de Mora un lugar inolvidable.